Sesenta y tres organizaciones se esmeran desde 2013 en la restauración de la Natividad en Belén, un lugar que data del año 327, cuando el emperador Constantino y su madre, Santa Helena, ordenaron la construcción del templo.
Un equipo de 160 personas trabaja en la restauración de la Iglesia de la Natividad, cuna del cristianismo, para devolver la belleza a una obra cultural y religiosa que ha crecido absorbiendo la herencia de las distintas civilizaciones.
Sesenta y tres organizaciones se esmeran desde septiembre de 2013 en la restauración de la Natividad en Belén, un lugar que originalmente data del año 327, cuando el emperador Constantino y su madre, Santa Helena, ordenaron la construcción del templo sobre el lugar donde la tradición marca el nacimiento de Jesús.
En 2012, la iglesia -considerada la más antigua de Tierra Santa- se convirtió en el primer lugar de Palestina declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, pero de inmediato fue colocado en la lista de aquellos sitios arqueológicos en peligro por las filtraciones de agua que soportaba en su techumbre.
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