La ciudad palestina será la capital mundial de la Cultura Arabe en el años 2020.
Roma.- Por primera vez en la historia, las diferentes iglesias cristianas presentes en Tierra Santa -católica, ortodoxa y armenia- lograron vencer sus diferencias y ponerse de acuerdo, con la aprobación y apoyo de la Autoridad Nacional Palestina, para la restauración de la Basílica de la Natividad en Belén, un trabajo colosal que está realizando un grupo de expertos italianos y que ya cumplió dos tercios de sus objetivos, un “milagro” en un lugar del mundo lleno de conflictos.
La basílica de la Natividad fue fundada en la época del emperador Constantino, destruida por el levantamiento samaritano en 529 y reconstruida por Justiniano en 540, con un aumento de mosaicos; entre 1165 y 1169, fue nuevamente restaurada, casi totalmente revestida de mosaicos en su interior y rodeada por una fortaleza amurallada edificada por los Cruzados. Este templo ha presenciado toda la historia de Palestina, resistiendo invasiones, guerras, dominaciones y asedios -el último tan reciente como abril 2002-, pero desde 1850 no se le había hecho mantenimiento alguno, dejando que las infiltraciones de agua dañaran gravemente la iglesia y sus preciosas decoraciones de mosaicos.
Una de las mayores dificultades para decidir la necesaria y urgente restauración de la Basílica fue la histórica rivalidad entre los religiosos franciscanos católicos, los greco-ortodoxos y los armenio-gregorianos, que custodian los lugares sagrados, de hecho, cada una de esas órdenes controla una parte específica de la iglesia, si alguna hubiese logrado una prevalencia sobre los trabajos se habría sentido con “derecho a la propiedad” sobre las otras, pero el inminente peligro que significaba el avanzado deterioro y el respaldo decisivo de la Autoridad Nacional Palestina, además de la decisión de la Unesco, en 2012, de incluirla en la lista del Patrimonio de la Humanidad, hicieron posible un acuerdo casi milagroso en el verano del 2013.
El concurso licitatorio internacional fue ganado por el Centro de Restauración Piacenti, situado en Prato, región de Toscana, a 12 km al norte de Florencia, perteneciente a una familia de artesanos activa desde 1875, dedicado a la conservación del patrimonio artístico e histórico, con una amplia experiencia en Italia y varios países, como Rusia, Australia, China y Hungría, entre otros. Al informarnos sobre esta extraordinaria historia, el director, Giammarco Piacenti, resaltó la emoción y el honor que representa para ellos trabajar en la conservación de la iglesia construida sobre la gruta donde, según la tradición cristiana, nació Jesús y legarla a las futuras generaciones.
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