Silvia Starinieri, una técnica de restauración de 28 años de edad, utilizaba una cámara termográfica para estudiar uno de los vetustos muros de la Iglesia de la Natividad, considerada el lugar tradicional del nacimiento de Jesús, cuando de repente notó que una intrigante figura aparecía ante sus ojos.
De acuerdo con la revista National Geographic, entonces Starinieri y sus colegas comenzaron a remover la capa superficial de yeso del muro en cuestión, hasta que se reveló un mosaico formando el dibujo de un rostro angelical rodeado por una aureola de luz. Detrás de la capa de yeso se erigía la figura de un ángel de 2 metros y medio de alto, con alas de color dorado y azul y una túnica blanca, de acuerdo con una fotografía del mosaico proporcionada a medios.
Perdido por siglos y redescubierto ahora, el ángel es el séptimo hallado en la Iglesia de la Natividad, en la ciudad de Belén, Palestina, una de las más antiguas de la comunidad cristiana. Los restauradores creen que el hallazgo es una inesperada recompensa a su esfuerzo de varios años por intentar rescatar a la basílica de siglos de negligencia y descuido.
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